Aunque las necesitamos durante todo el año, es ahora en verano cuando las neveras cobran más importancia si cabe y cuando valoramos sobremanera poder tomar bebidas muy frías y ciertos alimentos también a baja temperatura. No obstante, más allá de enfriar, los frigoríficos cumplen una función primordial y es conservar los alimentos frescos durante mucho más tiempo que si los dejáramos a temperatura ambiente.
Pero, ¿qué hay que tener en cuenta para una buena conservación de los alimentos refrigerados? Hoy os traemos algunos consejos en este sentido:
- La parte superior es la zona menos fría de la nevera, con una media de entre 10º y 15ºC, por lo que es la más indicada para colocar las bebidas como refrescos o zumos, así como otros productos que no exigen tanta refrigeración, como la mantequilla o alimentos envasados que aún están cerrados, como las pastas frescas o las salsas.
- La parte media de la nevera está a una temperatura de entre unos 4º y 5ºC, por lo que se trata de la zona más adecuada para ubicar los yogures, otros lácteos como quesos frescos, embutidos y todos aquellos en cuya etiqueta se especifica que “una vez abiertos, necesitan frío”.
- La parte baja, justo por encima de los cajones, es la más fría de la nevera, ya que suele estar a unos 2º C. Por ello, es la más recomendada para almacenar los alimentos frescos que requieren una mayor refrigeración. Es el caso, por ejemplo, de las carnes, los pescados y los huevos frescos.
- Los cajones, con una temperatura de unos 10º C, están pensados para guardar verduras y frutas frescas que podrían estropearse a temperaturas más bajas. Es el lugar indicado para la lechuga (siempre bien envuelta con papel transparente), los limones o los pimientos.
- La puerta es la zona menos fría del frigorífico, ya que se trata de la parte más expuesta a la temperatura ambiente. Por ello, se recomienda colocar aquí productos que no necesiten una excesiva refrigeración, como bebidas, refrescos, encurtidos, tomate frito envasado o mermeladas. Habitualmente aquí se colocan los huevos o la leche, aunque no siempre es lo más recomendable, porque necesitan una media de unos 7ºC.
- Si cargas en exceso el frigorífico, los alimentos tardarán más en enfriarse, ya que el aire no podrá circular entre ellos con fluidez.
- Guarda los alimentos por orden de consumo: los más perecederos delante en la balda y los que aguantan más, detrás.
- Si tu nevera tiene esta función, es conveniente programar la opción de “shooping” o “súper” antes de ir a hacer la compra. Se trata de una tecla que permite bajar la temperatura del frigorífico o del congelador para enfriar lo más rápido posible los productos que acabamos de comprar y que mientras los almacenamos, también recupere la temperatura rápidamente. Está especialmente indicado activarlo cuando se almacenan grandes cantidades de alimentos.
- Respeta siempre la cadena de frío de los alimentos y deja siempre para el final de la compra los alimentos refrigerados, que, por otro lado, deben ser los primeros en guardarse al llegar a casa. Si son congelados, las bolsas térmicas son una gran opción para suavizar el choque de temperaturas.
- Descongela los alimentos siempre dentro de la nevera, así evitarás que las propiedades del alimento se deterioren y además ahorraremos, ya que se refrigerará la nevera y necesitará usar menos energía para alcanzar la temperatura deseada. También es muy importante no introducir nunca alimentos calientes, espera siempre a que se enfríen a temperatura ambiente o nuestra nevera tendrá que hacer un sobre esfuerzo que nos pasará factura en la electricidad.
Sigue todos estos consejos y ¡sácale el máximo partido a tu nevera!
#Electroklase
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